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El sentimiento de culpa está relacionado generalmente con el pasado y tiene que ver con lo que se hizo o con lo que se dejó de hacer. También es frecuente encontrar personas que sienten culpa por tener más dinero, fama o éxito que los otros de su entorno familiar o social. En todos los casos la culpa es un sentimiento que se relaciona con la carencia y falta de autoestima.
Cuando somos echa culpas, lo que hacemos es ceder nuestro poder personal a otros, demostrando falta de autoestima y valía. Es común escuchar algunas de estas afirmaciones: «yo no fui feliz porque mi madre…», «No logré salir adelante porque eramos muy pobres», «No he podido crecer en el trabajo porque mi jefe es un desgraciado», «La culpa es del gobierno de turno», «Si esto se acaba es tu culpa» y otras muchas más frases desempoderadas que demuestran la falta de coraje para aceptar que somos los únicos responsables de lo que ocurre en nuestra vida.
Los que se sienten culpables siempre condenan y, una vez que han condenado, lo siguen haciendo, vinculando el futuro al pasado tal como lo estipula la ley del ego.
Un curso de Milagros
Liberarse de las garras de la culpa
Librarse de la culpa es una declaración de libertad y emancipación. Cuando logramos vivir ligeros de las ataduras del pasado y de los sentimientos de culpabilidad, podremos decir que hemos conquistado nuestra propia libertad. La culpabilidad nubla el panorama y no deja ver las posibilidades que existen en el entorno. Quienes utilizan la culpa se sienten atacados o atacan, viven en una guerra constante.
Liberar a otros de la culpa es obtener nuesto propio valor y liberarnos a nosotros mismos. Cuando consideramos que está justificado convertir a otros en culpables, estamos adoptando el papel de verdugos y jueces, desconociendo que somos tanto o más culpables que la persona a la cual atribuímos nuestra carga emocional.
«Padre perdónalos porque no saben lo que hacen»
Lucas 23:34
Reconciliarse con el Pasado
La mejor forma de disfrutar el momento presente, es reconciliarse con el pasado. Dejar atrás todo lo que no aporta a la felicidad y dar las gracias porque cada historia vivida, cada persona del camino y cada situación afrontada, fueron los maestros que se requerían para convertirnos en las personas que hoy somos.
La culpa como herramienta de manipulación
Hacer sentir a otros culpa es una forma de manipular sus emociones y mantenerlos atados al yugo de nuestro dominio. La culpa empieza a arraigarse en la infancia como una forma de dominación de padres, maestros, estructuras religiosas y entorno social; lo complejo es que en la edad adulta generalmente seguimos cargando con esta emocionalidad que paraliza y genera pérdida de autoconfianza.
«Si no obedeces a tu mamá eres un niño malo», «No te puedes ir de la casa, porque nos morimos», «Tienes que sentir verguenza por lo que acabas de hacer», «No está bien visto que una niña haga eso que acabas de hacer». En fin son muchas las expresiones con las que hemos crecido y que a la larga solo buscan la manipulación y el dominio.
Ejercicio
Identifica al menos cinco formas en las que has sido manipulado por otras personas.
Identifica si tienes frases desempoderadas en las que estás echando culpas a otros. Escríbelas y toma la decisión de empoderar hoy mismo tu lenguaje.
Libera a todos los que has echado culpa, esta es la única forma de liberarte a tí mismo
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