La mayoría de líderes se sumergen en una búsqueda constante de libros y entrenamientos sobre temas relacionados con el liderazgo, a fin de, conocer herramientas, recopilar ideas o desarrollar habilidades que los lleven a ser mejores en su misión. La responsabilidad de saber qué hacer ante cada desafío, conseguir los recursos necesarios, conocer al equipo y guiarlo al logro de resultados, son retos que enfrenta el líder cada día en su labor. Y sin embargo, la primera tarea y tal vez más difícil es la de liderarse a sí mismo. En el entramado de responsabilidades es común que se olvide lo más importante, ¿Por qué? Porque nos exige enfrentemos a ciertas partes de lo que somos y que preferiríamos descuidar, olvidar o incluso negar.

La Sombra

«Es mucho más fácil enfrentarse con el mundo
exterior. Es más fácil pasarse la vida manipulando una institución, que enfrentándose a la propia alma de uno. Hacemos que las instituciones parezcan complicadas, duras y rigurosas, pero son una simpleza comparadas con nuestros laberintos internos.»

Parker Palmer

La sombra

El siquiatra y sicoanalista Carl Jung, fue el primero en hablar del arquetipo de la sombra que representa el “lado oscuro” de nuestra personalidad, esos rasgos y actitudes que el Yo Consciente no reconoce como propios. La sombra personal se desarrolla en todos nosotros de manera natural durante la infancia. Cuando nos identificamos con determinados rasgos ideales de nuestra personalidad, de esta manera, el ego y la sombra se van edificando simultáneamente, alimentándose, por así decirlo, de la misma experiencia vital. La sombra es la acumulación de emociones atrapadas, traumas emocionales, lealtades, y pensamientos que, aunque mayormente inconscientes, influyen de modo fuerte en la conducta y moldean el carácter. Es la versión escondida, de la persona que eres.

La sombra se manifiesta de formas diversas. En algunas ocasiones se revela en conductas como la crítica, ataques de ira, celos, resentimiento, apatía, codicia o amargura. También se puede revelar de manera más sutil, como la necesidad de rescatar a los demás la urgencia de caerle bien a la gente, la necesidad de ser aceptado y el trabajo excesivo. Hay aspectos de la sombra que pueden herir profundamente, pero también pueden ser simplemente debilidades o heridas personales. Tiende a aparecer en las formas en que tratamos de protegernos para no sentirnos vulnerables o al descubierto.

«Por su naturaleza misma, la sombra es difícil de captar, es peligrosa, desordenada, y siempre permanece escondida, como si la luz de la conciencia le robara la vida misma»

Connie Zweig y Jeremiah Abrams.

La sombra en el liderazgo

Habilidades de comunicación y movilización. Tener los dones para hablar y movilizar a la gente, es muy bueno en en liderazgo. El lado sombrío de estos dones se presenta por la búsqueda desbordada de apoyo y reconocimiento motivadas por la necesidad inconsciente de la aprobación de otros.

Buscar la excelencia. Eso es bueno. El lado de la sombra surge cuando la búsqueda de esa excelencia pasa de la raya para llegar al perfeccionismo que no permite errores y se convierte en una manera de silenciar nuestras propias voces interiores de vergüenza.

Seguridad Personal. Excelente competencia del líder. La sombra surge cuando esa seguridad nos impide escuchar a los que no están de acuerdo con nosotros. Cuando es una máscara de nuestros miedos que oculta el temor de sentirnos poco competentes.

Queremos dar todo a la empresa. Tener empleados comprometidos es maravilloso. Sin embargo, la sombra toma el control cuando nos volvemos tan preocupados por el logro de los objetivos, que no estamos dispuestos o no somos capaces de escuchar a los demás, y creamos un ritmo de trabajo insostenible para los que sirven con nosotros. La motivación de la sombra podría ser una desesperada necesidad de recibir aceptación de los demás y elogio por nuestro trabajo.

Nos motiva el servicio. El servicio es la base de crecimiento empresarial. La sombra se revela cuando nos escondemos detrás de un buen servicio para evitar entrar en conversación con la gente, cedemos a nuestra propia necesidad para entregar a otros. Es nuestra manera de protegernos de la posibilidad de acercarnos a los demás de una forma genuina.

Estos son algunos ejemplos de cómo se manifiesta la sombra en el liderazgo, ahora es el momento de que descubras tu propia sombra y aprendas de ella.

¿Cómo puedes identificar la sombra en tu liderazgo?

Actuar de manera inadecuada cuando estás en medio de las presiones. Ataques de ira, miedo a aceptar la responsabilidad, negar la situación o culpar a otros.
No quieres que alguien triunfe porque te ha hecho daño. Sentir resentimiento por las personas y envidia por sus logros.
Actuar de forma impulsiva. Una persona te dice algo que no te gusta y respondes de formas que más tarde lamentas.
No aceptar la retroalimentación. Sentirse atacado cuando el jefe o compañero de trabajo saca a relucir una cuestión difícil acerca de ti o de tu conducta.
Necesidad de aceptación. Haces y dices cosas por temor a lo que piense otra gente.
Necesidad de control. Trabajas más en lugar de reflexionar o meditar más cuando te sientes ansioso.

Tarea para la semana

Cada día al cerrar tu jornada, dedica unos minutos a identificar aquellos aspectos en los que tuviste una reacción negativa y trata de identificar ¿Qué está tratando de ocultar esa sombra en tu presente?

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