Hace unos días le pregunté: ¿cómo estás?, a alguien que está pasando por una situación de toma de decisión, su respuesta inmediata fue «Estoy Luchando con mi EGO«; estoy cada día tratando de entender por qué me pasó esto, lucho para poder entender mi realidad, sin hacer comparaciones con otros; estoy buscando la forma de aprender de esta situación y también tengo que luchar para que el ego me permita ver el aprendizaje.
Los niños no conocen el Ego, para ellos todo es un juego y un disfrute; el ego lo vamos creando, cuando empezamos nuestras búsquedas; buscamos ser alguien, parecernos a alguien, ocupar un lugar en la sociedad, tener el cargo deseado, todo esto nos lleva a construir nuestra imagen pública y nuestro Ego; este se alimenta en las relaciones con los otros; la paradoja consiste en que este nos hace fuertes y a la vez débiles, en que lo construimos en las relaciones con otros, pero también relacionarnos y compartir es la herramienta para mantenerlo en su justa medida. La cábala (Disciplina y escuela de pensamiento relacionado con el judaísmo), propone como herramienta básica para lidiar con el Ego «Compartir con otros», lo que nos ayuda a desarmar el ego y evitar estar rodeados solo de nuestro egoísmo.
Mi pregunta es: ¿Será que debemos luchar con nuestro Ego o trabajar en nuestro propio conocimiento y desarrollo para volverlo nuestro aliado?
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