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Parece que el miedo es algo involuntario que surge de repetente y que no está bajo el propio control. Sinembargo, la presencia del miedo indica que se ha dejado a la mente divagar. Cada vez que se experimenta esta emoción es porque se ha tomado una decisión equivocada o porque existe un conflicto entre lo que se desea y lo que se hace.
El miedo es responsable de los bloqueos que impiden liberar el máximo potencial. Puede ser miedo al fracaso o miedo al éxito. También es muy frecuente el miedo al abandono o al rechazo, los cuales tienen su origen en la realidad infantil; la mayoría de los adultos se debaten entre la culpa por no satisfacer los deseos de sus padres y los juicios que recibieron de ellos mientras crecían. Liberar los miedos es un acto de amor con nosotros mismos y es posible cuando nos hacemos responsables de nuestro camino.
El miedo procede de una falta de amor
El primer paso para eliminar el miedo es reconocer el conflicto y darse cuenta de lo que ocurre internamente. Al ser unos jueces tan severos con nosotros mismos, nos juzgamos de forma atroz y desarrollamos creencias limitantes. El amor es la mejor forma de eliminar el miedo. Dejar de tratarnos a gritos y eliminar las limitaciones al tratarnos amorosamente.
La mente es una fuente inagotable de creaciones. El subconsciente nunca duerme y está contínuamente elaborando pensamientos. Te conviertes en lo que piensas la mayor parte del tiempo, por lo tanto urge llenar nuestra mente con pensamientos amorosos para que las creencias sean capacitadoras y así el miedo pierda su poder.
Toda curación es escencialmente una liberación del miedo
Un curso de milagros
Alcanzar la libertad
En muchos aspectos nos hemos permitido la prolongación de la esclavitud; somos esclavos de nuestros miedos, de nuestras carencias, de las opiniones y voluntad de otros. Esto hace que vivamos temerosos por lo que ocurre en el exterior, queriendo controlar o satisfacer las expectativas ajenas. Nadie que viva temeroso y esclavo de opiniones externas está realmente viviendo a plenitud y en libertad.
El desarrollo del potencial creativo requiere ir cerrando esas viejas heridas que han producido los miedos a ser lo que estamos destinados. El miedo a ser exitosos genera reacciones de autosabotaje; nos ocultamos tras una máscara de bondad y sacrificio, en la que a favor de otros abandonamos lo que deseamos.
¿Qué historia te cuentas a tí mismo?
- Tengo que mejorar mi figura y salud, pero es que mis hijos son pequeños y por lo tanto no puedo asistir al gimnasio.
- Mis padres me obligaron a estudiar ingeniería. Yo realmente quería ser músico pero ya soy muy viejo para ser músico.
- Tengo muchos años para aprender un nuevo idioma. Loro viejo no aprende a hablar
- Tengo que quedarme en esta ciudad, porque mis padres son ancianos y yo debo cuidarlos. Aunque mi sueño es viajar y conocer el mundo.
- Estoy en un matrimonio de muchos años y mi esposa o esposo, no me apoya.
- Llevo muchos años trabajando en esta empresa, realmente me siento muy aburrido con lo que hago, pero la paga es buena y no voy a perder los beneficios.
Estas y muchas otras historias son las que nos contamos para seguir encadenados a situaciones que no deseamos. Nos mantenemos en la comodidad de ponerles la culpa a otros y hacernos las víctimas, en lugar de tomar acción y sacar valentía para hacer nuestros sueños realidad.
Y tu ¿Cuál es la historia que te estás contanto?, ¿Estás bloqueando el desarrollo de tu máximo potencial?
Tomar las riendas de nuestra propia vida implica desarrollar la madurez suficiente para dejar de culpar a otros por la falta de decisión sobre nuestra empresa más importante Mi-mismo.SA.
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