Las relaciones suelen ser el factor determinante a la hora de conseguir un nuevo empleo o de ascender en el mundo laboral, la red de contactos es determinante al momento de definir un plan de búsqueda. Al viejo adagio “no se trata de lo que sabes, sino de a quién conoces” le puede caer mucha verdad al evidenciar que en muchas ocasiones es más importante tener un buen contacto que mucho conocimiento. En la actualidad estamos conectados con muchas personas, de incontables formas. Entonces, ¿a quién podemos recurrir cuando estamos en búsqueda de empleo?
El año pasado tuve la fortuna de asistir a un taller de empleo facilitado por una importante empresa multinacional dedicada a asesorar en procesos de Outplacement, la principal recomendación que daban los expertos en temas de búsqueda de empleo estaba relacionada con mantener una red de contactos muy estructurada y conectar con muchas personas que podían ayudar a establecer un vínculo con la empresa a la cual se estaba aspirando. Decidí dedicarme a trabajar en temas de empleabilidad y he seguido investigando sobre la red de contactos y su impacto en la obtención de un buen empleo.
Generalmente pensamos que la red de contactos debe estar formada por personas a quiénes conocemos y a los cuales tenemos la suficiente confianza para ir a pedirle algo tan personal como es una oportunidad laboral, sin embargo existe una dimensión de esta y son los llamados lazos débiles, personas a las que conoce, pero no muy bien, puede ser el padre un compañero de colegio, el amigo de su esposo, el hijo de su vecino en fin son personas que no están en su círculo más cercano pero que pueden tener alto impacto a la hora de encontrar su próximo puesto de trabajo. Los lazos débiles son importantes, porque pueden tener un espectro más amplio del mercado laboral, generalmente sus vínculos más fuertes, familiares y amigos cercanos se encuentran en el mismo círculo social y laboral que usted maneja, por consiguiente tienen su mismo conocimiento de ofertas y posibilidades de empleo. Puede ser más eficaz encontrar trabajo a través del networking que se realiza enfocando a contactar muchos lazos débiles.
Pero si los contactos débiles, son tan importantes y pueden aportar tanto más que los fuertes, existen otros contactos que podríamos llamar lazos tibios, aquellas personas que han quedado a lo largo de la carrera profesional, se trata de compañeros de trabajo, antiguos superiores, clientes y proveedores, personas con las que no se ha vuelto a tener contacto y que pueden ayudar con mayor conocimiento de causa y de forma convincente sobre su desempeño.
Cuando empecé mi carrera profesional la búsqueda de empleo se realizaba a través de los anuncios que aparecían en los periódicos, en avisos que pegaban en las paredes a la entrada de las empresas donde se podía leer “SE BUSCA” o por el voz a voz. En la actualidad las ofertas de trabajo están publicadas en los anuncios en línea, en las redes sociales, en los portales de empleo o incluso los ejecutivos son contactadas por cazatalentos que se encuentran en la constante búsqueda de talento de alto potencial para cargos claves en las organizaciones. Los empleos que se publican en las redes y portales reciben cientos de aspirantes, los expertos en evaluación y selección tienen una tarea difícil al tener que evaluar tantos posibles perfiles, así que es importante que los candidatos puedan destacarse para lograr siquiera que su hoja de vida alcance a ser leída y asignada como candidato a la vacante. No obstante, los lazos tejidos en empleos anteriores pueden ser la clave para que los encargados de evaluar los perfiles reciban una recomendación directa de alguien que está dentro de la compañía y te encuentren entre cientos de candidatos.
Puede ser que la mejor manera de alcanzar el cargo que desee en el futuro sea tratar bien a los compañeros que tiene ahora. El camino es largo y no sabemos con quiénes nos volvemos a encontrar, así que Trátame bien porque algún día puedo ser tu jefe.
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