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La fuente de la grandeza radica en la capacidad de encontrar realización personal y aprendizaje de las situaciones que se presentan en la vida cotidiana. Desde esta posición tan solo es posible agradecer y bendecir cada instante lo que se convierte en plenitud y abundancia.
Es fácil distinguir la grandeza de la grandiosidad, pues el amor puede ser correspondido, pero el orgullo no.
Un curso de milagros
Grandiosidad y Grandeza
La grandiosidad es una postura del EGO, es la búsqueda de aprobación y aceptación de otros. La escencia de la grandiosidad es la competencia, la comparación y la necesidad de superar a otros. Por lo tanto, somos competitivos, nos comparamos con los logros de otros, queremos superarlos y mostrar lo importantes que podemos ser cuando nos lo proponemos. Esta es una postura de pequeñez que limita el desarrollo, porque nos mantiene en constante conflicto y ataque.
Por otro lado la grandeza reside en el corazón y es una manifestación de amor incondicional, siempre que nos volvemos conscientes de esta emoción somos capaces de abandonar el ego y encontrar paz donde antes veíamos ataque. Desde esta posición solo es posible bendecir y agradecer las posiblidades que se presentan y atraer toda la abundancia del universo a nuestra vida.
Cultivando el jardín personal
La metáfora del cultivo de un jardín, sirve para ilustrar la forma de mantener la grandeza presente en la vida. El jardinero sabe que ha de plantar buenas semillas si desea tener plantas sanas y fértiles, luego las ha de regar y cuidar durante un tiempo, sacar permanentemente las malas hiervas que van apareciendo cerca de sus plantas y podar en el momento que se requiera.
Plantar las semillas de amor, gratitud y confianza en sí mismo.
La base para mantener una actitud positiva frente a las situaciones que se presentan a cada momento de la vida, es mantener plantado el jardín interior con una buena dosis de estas semillas. Para cultivar este jardín puede realizar las siguientes acciones:
- Identificar qué ama, cual es la pasión que guía su actuar, quiénes ocupan un lugar especial en el corazón.
- Dar gracias por lo que recibe cada día. Reconocer los talentos, las posesiones y las oportunidades que se presentan. Un diario de gratitud es una buena práctica para hacer consciencia de todo lo que llega cada día a nuestra vida.
- La confianza en sí mismo, es la fe y la certeza de que todo lo que soñamos es posible llevarlo a la realidad. Esta confianza y fe es lo que ha permitido progresar a la humanidad. Cuidar el jardín de malas hiervas, eliminando pensamientos negativos sobre sí mismo, y plantando nuevas conexiones neuronales en el cerebro que permitan la confianza, el amor propio y la fe en que todo es posible si lo emprende con amor y perseverancia.
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